-José Ramón Esparza, director de marketing de Lladró
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En este sentido, la intervención
de Jaime Hayón fue muy clara y
contundente. El futuro de la artesanía pasa por el diseño y la innovación, pero
el papel del diseñador tiene que basarse en buscar una evolución, abandonando
la prepotencia y situándose ante los artesanos con las orejas bien grandes para
aprender a ver el mundo de otra manera (“mirar con el tercer ojo”). La
innovación tiene que partir del ADN que define la identidad de la empresa, en
base a un diálogo creativo entre artesanos y diseñadores. Para ilustrar este
proceso, mostró cómo había ido desnudando de color a las piezas tradicionales,
para recuperar su valor escultórico, y cómo había ido actualizando las escenas
representadas para adecuarlas a nuestro tiempo. Y cómo este proceso les había
llevado a contar con la colaboración de artistas tan rompedores como Tim
Biskup, lo que les había permitido acceder a una nueva clientela. Porque, según
Hayón, la clave de la artesanía se basa en la historia que cuentan los objetos,
lo que implica que, además del diseño, es necesario otorgar la máxima
importancia a la comunicación. Para terminar su exposición, Jaime abogó por una
cooperación entre el diseño, la industria y la artesanía, destacando la pasión
por los retos como las señas de identidad de esta última.
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