lunes, 13 de junio de 2011

El mercado del lujo cambia el brillo por la artesanía

François-Henri Pinault,  presidente del grupo PPR -Gucci, Boucheron, Bottega veneta, McQueen, McCartney, Balenciaga...- inauguró la pasada semana la conferencia anual de lujo sostenible promovida por el International Herald Tribune, y celebrada en Nueva Delhi.

Lecciones para recordar:

...la tercera, y más importante lección, es que el lujo ya no brilla. Pinault aprovechó su discurso, precisamente, para certificar el cambio de tendencia. «El lujo, ahora, está en el artesanado. La gente busca una vuelta a los valores importantes, quieren productos que sobrevivan al tiempo, objetos que pasar de una generación a otra», dijo. El lujo, por lo visto, ya no entiende de «temporadas» ni de «moda». «El cataclismo financiero ha llevado a muchas personas a replantearse sus valores y preguntarse por las cosas que son auténticas y duraderas», añadió Suzy Menkes, editora de moda del diario.
No sé si creérmelo, la verdad. Por lo pronto en los escaparates de Nueva York la lección no parece haber calado. El problema de la industria del lujo es que durante los últimos 20 años ha crecido precisamente haciendo lo opuesto, diciéndole al consumidor, cada seis meses, cual era el it bag, el accesorio que tenías que tener sí o sí. La vuelta al artesanado es una idea romántica y una salida más digna que el fácil recurso de bajar los precios –que al final acaba por diluir la marca-. Pero toda esta industria está montada para funcionar de forma eficiente y remunerada, no romántica.

Ángel Jiménez de Luis 2009

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